Como niño médico, Shin cura las heridas de los seres vivos. Recorre el mundo para dar remedios a las plantas, peces, animales, insectos, a todo lo que vive y sufre a causa de la contaminación y de otros desastres. Es uno de los cincuenta niños médicos que dedican su vida a tratar de purificar el agua, la tierra y el fuego de nuestro pobre planeta.

« SHIN : ¿Miraste a tu alrededor? Cuando llegué, vi brillar pequeñas luces… / LUCIOLE : (elle bat de l'aile avec espoir) Kri? Kri? / SHIN : Sí, como la tuya. Ahí, justo atrás… / La luciole s'échappe des mains de Shin et s'envole vers l'arrière. / SHIN : (se retournant) ¡Eh, no he terminado! (appelant) ¡Vuelve! Quiero limpiar el hollín de tus alas! Y darte un ungüento para las quemaduras! »